Una de nuestras mayores preocupaciones es nuestro bienestar físico y el principal pilar que sustenta el mismo, que incluye aspectos tan importantes como nuestra salud y apariencia física, es nuestra alimentación.
Los nuevos avances científicos en materia de investigación apuntan hacia un pequeño cambio de nuestras costumbres, la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas apuesta por unos cambios que nos ayudarán a seguir un estilo de vida realmente saludable.
En primer lugar, en la base de la pirámide mencionan un aspecto esencial que antes era obviado: la hidratación. Este aspecto es esencial y cuando los expertos hablan de hidratación se refieren exclusivamente a agua, apuntando que el consumo de bebidas alcohólicas que tradicionalmente se han recomendado por sus propiedades como la cerveza o el vino, aportan menos aspectos positivos que negativos y que los nutrientes que contienen se pueden obtener de otros alimentos ricos en antioxidantes y sin el perjuicio del alcohol.
En la base de la pirámide, recomendando su ingesta varias veces al día, aparecen también las frutas, hortalizas y verduras (este lugar antes era ocupado por el arroz, pan y pastas). Las verduras, frutas y hortalizas han demostrado un papel protagonista en la prevención de numerosas enfermedades crónicas, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Por lo tanto, nuestra alimentación tiene que ser más rica en vegetales.
El segundo eslabón (alimentos que hay que tomar a diario) lo ocupan los cereales integrales. Las legumbres también se sitúan a la altura de los cereales integrales, dada su carga en nutrientes y abundancia en proteínas vegetales y ausencia de colesterol y grasas saturadas (son sustitutos proteicos perfectos de la carne). La máxima calidad proteica está asegurada si se sirven las legumbres con cereales: por ejemplo garbanzos o guisantes con cuscús, lentejas con arroz, etc.
Las legumbres además tienen múltiples efectos beneficiosos: ayudan a reducir el colesterol, prevenir el cáncer, reducen la tensión arterial, protegen el corazón, regulan la concentración de azúcares en la sangre, alivian los síntomas de la regla y la menopausia, regulan la función intestinal, son adecuadas en casos de alergias y fortalecen los huesos.
Entre las legumbres encontramos las: lentejas, garbanzos, judías, habas, guisantes, la soja.
Apuntar también que en este segundo escalón están: aceite de oliva y frutos secos y la leche y derivados.
En cuanto al aceite de oliva y los frutos secos, son alimentos cardioprotectores que ha hay que tomar con moderación pero que se recomienda tomar a diario. Además, antes, los frutos secos eran colocados en el vértice superior de la pirámide por su elevado valor energético pero ahora, se ha demostrado que su consumo racional ayuda a controlar el peso porque calma el apetito dado su elevado contenido en fibra.
La leche y derivados hay que tomarlos varias veces al día pero todo los derivados de la leche no son iguales, su composición nutricional varía de forma notable. Por tanto sólo son los yogures, leche y queso fresco los que se pueden tomar a diario y varias veces al día, los quesos más curados son alimentos más grasos y hay que tomarlos con menos frecuencia, pasando estos a otro escalón de la pirámide.
La proteína animal cambia de eslabón y se sugiere que con ella hay que seguir un consumo semanal y no necesariamente diario. Las encuestas dietéticas más recientes sugieren que en España tomamos demasiada carne. En este eslabón están: la carne (con preferencia a la carne blanca sobre las carnes rojas), el pescado (blanco y azul), los mariscos, huevos, jamón y queso.
En el vértice de la pirámide, el último eslabón, tenemos lo superfluo e innecesario que puede ser consumido pero ocasionalmente. ¿Imagináis lo que hay aquí?: repostería, bollería, salsas como mayonesas, cremas grasas, mantequilla y margarina, snacks y refrescos.
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